Es algo tarde en el momento en el que escribo estas líneas, pero aun así no quiero irme a la cama sin compartir esto que encontré a la par que conversaba con una persona que para mi grata sorpresa entiende mucho de lo que aquí traté de hacer.
Cuando el tiempo…
Cuando el tiempo deje de tener importancia y solo piense en ti.
En aquel momento inesperado que se funde a cada instante,
en el deseo imperioso de rozar tus labios arrogantes,
al parecer es un segundo eterno,
que promete no tener final,
En ese frio y nublado día
No existía nada que imposible fuera,
El sentimiento nacía,
La soledad moría.
Mi lenguaje me juega una traición,
El verbo ha perdido relación.
Con tu aroma, con tu imagen, con tu ser,
Intoxicas hasta la más pequeña célula de mí.
Como aquel tiempo en que insistente yo soñaba
El rendirme a tus labios y que con ellos comprobara,
Que jamás buscamos algo aunque todo se encontraba.
Y el deseo fluye como si la más cálida corriente
Acariciara el ancho mar de tu mirada,
Y me retara,
Y me alcanzara...
Hoy mi sangre hierve encantada de dulzura,
se evapora al igual que mi cordura.
No es usual que al postrar la pluma en el papel,
Construya versos sin temor,
pues me invade ya una fuerte convicción,
que me dicta, me entorpece y me levanta;
No sé si algún día llegues a leer estas líneas,
Si mis rimas o mi métrica sean coherentes entre sí,
Si pueda derretir mis letras en tu cuerpo.
Porque cuando al fin llegue ese momento,
Entonces quizás…
Cuando el tiempo deje de tener importancia,
Nuestra historia tendrá comienzo.
Shadow.